Ubicada en el corazón del Atlántico, Fuerteventura es una joya que brilla con luz propia en el archipiélago de las Islas Canarias. Con sus paisajes deslumbrantes, playas de arena dorada y aguas cristalinas, esta isla se ha convertido en un destino imprescindible para los amantes del sol y la naturaleza. En este reportaje, te invitamos a descubrir los principales puntos turísticos qué ver en Fuerteventura en una semana, desde sus playas paradisíacas, encantadores pueblos, mercados locales, monumentos históricos y sus paisajes de formaciones volcánicas. También te proporcionamos una lista de los hoteles recomendados en Fuerteventura para que tu estancia sea perfecta.
Las playas en Fuerteventura son, sin duda, uno de sus principales atractivos. Desde las extensas dunas del Parque Natural de Corralejo hasta la tranquilidad de la Playa de Cofete, cada rincón de la isla promete paisajes inolvidables y momentos de pura relajación.
La experiencia única de visitar Fuerteventura comienza desde el momento en que aterrizas en el aeropuerto de Fuerteventura. Este moderno aeropuerto, bien conectado con numerosas ciudades europeas, facilita el acceso a la isla y es el punto de partida perfecto para tu aventura. Prepárate para embarcarte en un viaje por una de las islas más fascinantes de Canarias, donde la belleza natural y la cultura local se entrelazan para ofrecerte una experiencia vacacional inigualable.
¿Qué ver en Fuerteventura?
1. Pueblo de Betancuria y mirador de Guise y Ayosea
Betancuria, ubicada en la zona centro-occidental de Fuerteventura, destaca por ser un pintoresco y encantador enclave, a pesar de ser la localidad menos poblada de Canarias. Este pueblo no solo ha logrado atraer a miles de turistas cada año, sino que también se ha ganado un puesto en la lista de los pueblos más bonitos de España, gracias a sus calles adoquinadas, las paredes encaladas y los balcones de madera, que ofrecen una inmersión única en el tiempo y la historia del archipiélago canario. Fundada en 1404 por Jean de Béthencourt, Betancuria ostenta el título de la primera capital de la isla y desde 1979 es reconocida como Conjunto Histórico-Artístico.
Aunque su casco histórico pueda recorrerse en poco tiempo, Betancuria rebosa encanto por cada rincón. Entre las visitas imprescindibles se encuentran la Iglesia de Santa María de Betancuria, el pintoresco entorno del restaurante Casa María, los vestigios del convento franciscano de San Buenaventura y las encantadoras callejuelas que componen el corazón de este antiguo pueblo. Esta pequeña pero significativa área histórica permite a los visitantes conocer la riqueza cultural y arquitectónica de la primera capital del archipiélago.
Además de su rica historia y arquitectura, Betancuria es un parque escultórico al aire libre, cuenta con doce impresionantes esculturas en diferentes localizaciones, entre ellas destacan las estatuas de Guise y Ayose, que representan los reyes aborígenes y dan nombre al mirador en el que se encuentran.
2. Montaña de Tindaya, un lugar mitológico
Conocida como la montaña mágica de Fuerteventura, se encuentra al norte de la isla, dentro del municipio de La Oliva. Su forma piramidal y perfil erosionado, junto a su modesta altura de 400 metros sobre el nivel del mar, esconde un profundo legado histórico y arqueológico que sigue fascinando a quienes la visitan. No solo destaca por su belleza natural sino también por ser un enclave sagrado para los majos, los aborígenes de Fuerteventura, quienes dejaron más de 300 grabados rupestres en su superficie, principalmente podomorfos, con una orientación significativa hacia el Teide en Tenerife y hacia Gran Canaria, evidenciando su importancia cultural y religiosa más allá de las fronteras insulares.
Además de su riqueza arqueológica, Tindaya ha sido reconocida como Bien de Interés Cultural, Monumento Natural y Punto de Interés Geológico, protegida además dentro del marco de Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Aunque la extracción de traquita ha amenazado su integridad, la montaña sigue siendo un punto de atracción tanto para el turismo ecológico como para aquellos interesados en la historia y cultura prehispánica. Cuenta con rutas de senderismo que permiten recorrer su entorno natural y la proximidad al pueblo de Tindaya, donde la ermita de Nuestra Señora de la Caridad y restaurantes locales ofrecen un complemento cultural y gastronómico, la Montaña de Tindaya ofrece una experiencia única que combina naturaleza, historia y espiritualidad.
3. Lajares y sus típicos molinos de viento
Una auténtica joya rural en medio de un paisaje dominado por volcanes y coladas de lava, ofreciendo una visión más auténtica y menos explorada de la isla. Este tranquilo pueblo, rodeado de un entorno que recuerda a un desierto salpicado de palmeras, conserva una mezcla de influencias moriscas, castellanas, portuguesas y francesas en su arquitectura, reflejada en sus casas bajas y funcionales. Lajares se presenta como un típico pueblo majorero que mantiene viva la esencia histórica y familiar. Entre sus atractivos destacan la ermita de San Antonio, pequeña pero encantadora, y los emblemáticos molinos de viento que se alzan al sur del pueblo, testigos de una época en la que la economía local giraba en torno a la agricultura y el molino de cereales. Estos molinos, aunque hoy ya no están en funcionamiento, se mantienen como parte integral del paisaje rural de Lajares, representando el ingenio de sus habitantes al aprovechar la fuerza de los vientos alisios para la molienda del grano. La distinción entre el molino de planta circular tradicional y la molina, con su torre de madera y estructura más simple, ilustra la evolución técnica y cultural de la región.
Para los visitantes en busca de sabores autóctonos, La Panateca ofrece una experiencia culinaria imperdible con su pan y bollos elaborados artesanalmente a partir de masa madre. Este establecimiento no solo es reconocido por producir el mejor pan de la isla, sino también por sus dulces, desayunos y focaccias, convirtiéndose en un punto de parada obligatoria para quienes desean degustar productos locales de alta calidad.
4. Playas de El Cotillo y Faro del Tostón
Un imprescindible que visitar en Fuerteventura si buscas tranquilidad y disfrutar de la belleza de sus playas, alejado del frenesí turístico, es el destino soñado para aquellos que desean desconectar y zambullirse en un ambiente genuino y calmado. Aquí, las playas toman el protagonismo: desde la apacible Playa de la Concha, con sus aguas tranquilas y transparentes perfectas para los niños, hasta las escondidas calas de los Lagos.
El Faro del Tostón, símbolo histórico de El Cotillo, se levanta no solo como una pieza clave de la arquitectura local sino también como un centro de cultura. Alrededor de este emblemático lugar, el paisaje se convierte en un lienzo vivo, donde el azul del cielo y el mar se entremezclan en una danza perpetua. Este faro, junto con el Museo de la Pesca Tradicional que reside en su interior, relata las crónicas de una vida intrínsecamente unida al océano, brindando una mirada profunda al corazón marítimo de Fuerteventura. El Cotillo invita a vivir la esencia de una isla encantadora, a caminar sin zapatos por sus orillas y dejarse llevar por la grandiosidad de sus puestas de sol, con el faro como testigo mudo de instantes eternos.
5. Oasis Wildlife Fuerteventura, la fauna más salvaje
En el tranquilo municipio de Pájara, al sur de la isla de Fuerteventura, se encuentra Oasis Wildlife: un santuario dedicado a la conservación de la flora y fauna. Este parque, que nació en 1985 de la visión de tres emprendedores locales, se ha convertido en el refugio de conservación más extenso de las Islas Canarias y uno de los más significativos de Europa, con más de 1.000.000 m² de naturaleza preservada. Originalmente una granja de camellos y un centro de producción de plantas, hoy Oasis Wildlife Fuerteventura alberga la colección de camellos más grande de Europa, junto con una asombrosa variedad de especies animales y vegetales, convirtiéndose en la evidencia real del compromiso con la cría en cautividad y la conservación de la biodiversidad.
Rodeado por un jardín tropical que hospeda más de 6.800 especies vegetales de todos los continentes, crea un microclima ideal que además replica los hábitats naturales de sus residentes. Como miembro activo de la AIZA y la EAZA, el parque no solo se dedica al entretenimiento sino también a la investigación, la educación y los programas de reproducción para especies en peligro de extinción, subrayando la importancia de la conservación y la sostenibilidad.
6. Caleta de Fuste, un enclave turístico y familiar
A solo siete kilómetros del aeropuerto de Fuerteventura, Caleta de Fuste es un refugio ideal para quienes buscan unas vacaciones tranquilas en la isla. Conocida por su playa de arena dorada, Playa del Castillo, protegida del oleaje y perfecta para familias con niños, este destino ofrece mucho más que sol y mar. El puerto deportivo es un punto de partida para emocionantes excursiones de buceo, mientras que sus campos de golf proporcionan un ambiente relajante para disfrutar del día. Además, las avenidas comerciales y los restaurantes con terrazas al aire libre invitan a descubrir la gastronomía local, con deliciosos platos de pescado fresco y postres típicos.
El Paseo Marítimo de Caleta de Fuste, ideal para caminar o correr, revela la Torre de San Buenaventura, una torre defensiva del siglo XVIII, y los hornos de cal de la Guirra, añadiendo un toque histórico al entorno costero. Al norte del paseo, se encuentra una piscina natural, conocida como la piscina secreta de roca, que ofrece un lugar sorprendente para refrescarse. Además, una visita a las Salinas del Carmen permite conocer la producción tradicional de sal y admirar el esqueleto de ballena exhibido en el lugar. Con su combinación de diversión, historia y relajación, Caleta de Fuste promete unas vacaciones inolvidables en Fuerteventura.
7. Parque Natural de Corralejo: dunas y playas de agua cristalina
El Parque Natural de Corralejo, situado en el nordeste de Fuerteventura, es un impresionante enclave que muestra la diversidad paisajística de la isla. Este parque, que abarca una franja costera de 2,5 por 10,5 kilómetros, se divide en dos sectores claramente diferenciados. Al norte, cerca del núcleo turístico de Corralejo, se encuentra el mayor campo de dunas de las Islas Canarias, una extensión de arenas blancas que se funden con las aguas turquesas del Atlántico. En contraste, el sector sur presenta un terreno volcánico con colores ocres y rojos, caracterizado por formas rugosas y dramáticas.
El Parque Natural de Corralejo es un auténtico paraíso para los amantes del windsurf y el kitesurf, gracias a los fuertes vientos alisios que azotan la zona. La carretera FV-1, que conecta Puerto del Rosario con Corralejo, pasa por el parque, permitiendo a los visitantes dejar sus coches en los apartaderos y disfrutar el área a pie. Para disfrutar de las playas es recomendable llevar toalla, agua y protección solar, mientras que para recorrer el paisaje volcánico es esencial calzar botas adecuadas y llevar una cámara para capturar las vistas desde el volcán Montaña Roja. Además, el parque es hogar de numerosas especies endémicas protegidas, como el escarabajo Purpuraria erna y diversas aves migratorias.
Este espacio protegido alberga biotopos representativos, incluyendo conos volcánicos, cuencas endorreicas y coladas de piroclastos, proporcionando un hábitat para flora y fauna propias de los ecosistemas halófilos costeros y zonas estepáreas.
8. Isla de Lobos, un pequeño paraíso entre Fuerteventura y Lanzarote
La Isla de Lobos, situada entre Lanzarote y Fuerteventura, es un verdadero paraíso para quienes buscan una excursión inolvidable. Con solo seis kilómetros cuadrados de superficie, este islote protegido ofrece un entorno natural virgen donde se puede disfrutar de la playa, el senderismo y el surf en total tranquilidad. Desde tiempos romanos, la isla ha sido un refugio para pescadores y piratas, y su nombre se debe a los lobos marinos que alguna vez habitaron sus costas. Hoy, la Isla de Lobos es un tesoro ecológico, perfecto para desconectar y explorar un paisaje intacto.
Entre los principales atractivos de la isla, destacan el Puertito de Lobos, con sus tranquilas lagunas de aguas turquesas, y la playa de la Concha, ideal para familias por su forma protegida y sus aguas cristalinas. Los senderos bien señalizados te llevan al volcán de La Caldera y al emblemático Faro de Punta Martiño, ofreciendo vistas impresionantes de las islas vecinas. El acceso a la isla está limitado a 400 personas diarias para conservar su belleza natural, y se puede llegar en ferry, catamarán o taxi acuático desde Corralejo. La Isla de Lobos es un plan perfecto para quienes desean sumergirse en la naturaleza y descubrir la auténtica esencia de las Islas Canarias.
9. Mercado Agro-Artesanal y el mejor chocolate con churros en La Lajita
El Mercado Agro-Artesanal de Oasis Park Fuerteventura se celebra cada domingo y es un evento emblemático que fusiona la tradición alimentaria y la artesanía de Fuerteventura. Ubicado en el corazón del Oasis Park, en la localidad de La Lajita, este mercado se ha convertido en un destino popular tanto para locales como para turistas que buscan productos auténticos y experiencias culturales genuinas. Desde su inauguración en 2009, el mercado ha crecido hasta convertirse en un punto de referencia para la venta de productos ecológicos y artesanales de alta calidad.
El mercado, que se celebra de 9:00 a 14:00 horas, ofrece una amplia variedad de productos, desde aceite y queso majorero hasta repostería artesanal y cosméticos naturales. Los visitantes pueden disfrutar de un entorno exclusivo amenizado por música tradicional canaria, lo que convierte la visita en una experiencia sensorial completa. Además, el mercado proporciona un valioso apoyo a los agricultores y artesanos locales, quienes pueden exponer y vender sus productos en un ambiente acogedor y auténtico. Comenzar el domingo con un desayuno de churros con chocolate, seguido de un paseo entre los coloridos puestos, es una experiencia que no querrás perderte. El chocolate, hecho a fuego de leña durante 2 horas con cacao producido en Canarias, es una delicia entre ligero y espesito. Los churros, preparados con una masa trabajada durante dos horas y fritos en aceite nuevo, son extra crujientes, huecos por dentro, poco aceitosos y muy digestivos, considerados los mejores de España. Los desayunos se sirven hasta las 11 horas, ¡una auténtica fiesta para los sentidos que celebra la esencia y la riqueza cultural de Fuerteventura!
10. Cofete, la playa más salvaje y virgen de la isla
En el extremo sur de Fuerteventura, en la península de Jandía, se encuentra uno de los tesoros más impresionantes de las Islas Canarias: la playa de Cofete. Este arenal, de más de 12 kilómetros de extensión, está resguardado por las majestuosas crestas del Parque Natural de Jandía, creando un paisaje de ensueño prácticamente virgen. La playa de Cofete, situada en la parte de barlovento de la península, es conocida por su acceso desafiante, lo que asegura que solo los aventureros más dedicados puedan disfrutar de su belleza salvaje y su atmósfera solitaria.
Visitar Cofete es una experiencia inolvidable que transporta a los visitantes a otro mundo, con su mezcla de arenas doradas, rocas volcánicas y un oleaje potente que desafía a los valientes surfistas. La sensación de inmensidad y aislamiento se ve realzada por la falta de servicios modernos, dejando al visitante solo con la naturaleza en su forma más pura. Además de su espectacular playa, Cofete alberga la enigmática Villa Winter y un cementerio histórico, añadiendo un toque de misterio e historia a la impresionante belleza natural del lugar. Para llegar a este rincón paradisíaco, se debe planificar una excursión que implica recorrer un camino forestal desde Morro Jable, atravesando paisajes que dejan sin aliento.
11. Playa de Jandía, un arenal de más de 9 km de largo
Al sur de Fuerteventura, la península de Jandía alberga algunas de las playas más espectaculares de las Islas Canarias, siendo un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad. Esta península, unida al resto de la isla por el estrecho istmo de la Pared, es hogar del Parque Natural de Jandía, una vasta área protegida desde 1987 que abarca desiertos, dunas, playas y lagunas. Entre sus maravillas naturales destaca la playa de Jandía, una extensión de arena dorada que se extiende a lo largo de 70 kilómetros de litoral, ofreciendo un paisaje virgen y majestuoso.
Las playas de Jandía, como la famosa playa de Sotavento, conforman un impresionante arenal de más de 9 kilómetros que incluye rincones como Risco del Paso y La Barca, ideales para practicar kitesurf y surf gracias a sus fuertes vientos. Morro Jable, uno de los principales centros turísticos de la península, es conocido por su faro en la playa del Matorral y su ecosistema único, el saladar de Jandía. Jandía es un destino imprescindible para quienes buscan la belleza natural en su estado más puro y una experiencia inolvidable en Fuerteventura.
12. Cuevas de Ajuy, impresionantes formaciones geológicas
En la costa oeste de Fuerteventura, las Cuevas de Ajuy se erigen como un testimonio asombroso de los orígenes geológicos de las Islas Canarias. Estas formaciones rocosas, que tienen más de 100 millones de años, son las más antiguas del archipiélago y se formaron a partir de una erupción submarina durante el periodo Cretácico. Visitar las Cuevas de Ajuy es como abrir un libro de historia natural, donde cada capa de roca cuenta la historia de la isla.
El recorrido hacia las cuevas comienza en el encantador pueblo marinero de Ajuy, conocido por su playa de arena negra y sus restaurantes de pescado fresco. Desde aquí, un sendero de poco más de un kilómetro lleva a los visitantes a través de acantilados escarpados y antiguos hornos de cal. Durante el trayecto, se puede disfrutar de impresionantes vistas desde un mirador situado a 20 metros sobre el mar. Al llegar a las cuevas, los visitantes se encuentran con un espectáculo natural que combina la grandeza del océano con la tranquilidad de las rocas milenarias.
13. DromeMilk Camel Bio Farm, agroturismo y conservación del camello canario
En el corazón de Fuerteventura, DromeMilk Camel Bio Farm se ha consolidado como un referente en el agroturismo sostenible y la innovación gastronómica. Esta granja, la mayor de su tipo en Europa, se dedica a la producción de leche de camella, integrando tradición, ciencia y conservación. Inaugurada hace más de 30 años en Oasis Wildlife Fuerteventura, DromeMilk no solo preserva la raza autóctona del camello canario, sino que también impulsa el desarrollo económico local y la oferta turística de la isla.
Recientemente galardonada con el premio "Iniciativa Emprendedora" en los Premios Alimentos de España 2023, DromeMilk ha abierto sus puertas al público, ofreciendo una experiencia única que combina la visita a la granja con actividades educativas y degustaciones gastronómicas. Bajo la dirección de Guacimara Cabrera, el proyecto sigue avanzando hacia la comercialización de productos lácteos con denominación de origen canario. La granja no solo destaca por su innovador enfoque, sino también por su compromiso con la sostenibilidad y la calidad, aspectos que se reflejan en cada gota de su preciada leche de camella.