Un recorrido por los 10 lugares más importantes que ver en Toro. Una ciudad con mucha historia situado en la vega del Duero, provincia de Zamora.
1. Colegiata de Santa María La Mayor
La Colegiata de Santa María la Mayor es la iglesia mayor de Toro y una de las visitas inexcusables en la localidad. Inspirada en el diseño de la Catedral de Zamora, comenzó a construirse en el siglo XII en pleno Románico de transición y con piedra caliza. Pero las obras se demoraron tanto, que ya en el siglo XIII y bajo la dirección de un nuevo maestro, los nuevos elementos como la cubierta y el cimborrio fueron realizados en piedra arenisca más rojiza. En tu visita, no dejes de contemplar la talla de la Virgen de la Esperanza del siglo XII, la Portada de la Majestad del siglo XIII, esculpida en piedra, que conserva aún su policromía original, y el magnífico órgano.
2. Iglesia de San Salvador de los Caballeros
En nuestro paseo por Toro seguramente llamarán nuestra atención los arcos ciegos de los ábsides románico-mudéjares de la Iglesia de San Salvador de los Caballeros. Pero más interesante, si cabe, es su interior, ya que este edificio levantado por los templarios a principios del siglo XIII, alberga hoy un Museo de Arte Sacro que custodia piezas medievales de valor procedentes de distintas parroquias, desde imágenes a sepulcros.
3. Torre del Reloj
En la calle Odreros se encuentra la Torre del Reloj, construida en 1738 sobre la antigua Puerta del Mercado, que es el arco que da acceso a la zona turística de Toro. Con 20 metros de alto, esta esbelta torre barroca es uno de los edificios más visibles desde cualquier parte de la ciudad. El diseño, atribuido a Joaquín Churriguera y realizado en sillería, consta de cuatro cuerpos superpuestos, en el penúltimo de los cuales se encuentra el reloj que le da nombre.
4. Plaza de Toros
¿Vas a dar una vuelta por Toro sin dar la vuelta al ruedo? El coso taurino de esta localidad es uno de los más antiguos de España. Data de 1828, aunque, tras años de total abandono, fue adquirido por el consistorio en el 2000 y reformado en 2010, integrándose entonces en la Unión de Plazas Históricas. Está construida en su mayor parte en madera y, con encantadora sencillez, sus balconcillos cubiertos y hoy pintados con los colores de la bandera nacional, evocan la tipología de los antiguos corrales castellanos de comedias.
5. El Alcázar de Toro
Se puede decir que aquí fue donde todo empezó, ya que el Alcázar es, junto con la primera muralla, la edificación más antigua de Toro. Construido literalmente a cal y canto (rodado) en el siglo X, formaba parte del conjunto de fortificaciones que defendían la ciudad. Gracias a las diversas reconstrucciones, se muestra magnífico en nuestros días, con sus siete regios torreones que albergaron a los reyes de Castilla, entre ellos Pedro I el Cruel o Juan II. Es Monumento Histórico Artístico desde 1931.
6. Palacio de los Condes de Requena
Si algo nos viene a la cabeza cuando hablamos de Toro son sus emblemáticos vinos, expresión vivaz de la tempranillo de la zona, la Tinta de Toro. Pues es en el Palacio de los Condes de Requena donde se encuentra la sede de la Denominación de Origen de estos vinos, así como de la oficina Municipal de Obras y Urbanismo. En este Palacio gótico del siglo XV, antaño cuartel miliciano y colegio de Escolapios destaca el hermoso patio central o claustro, en el que abundan las escenas de caza y, asimismo, una bella capilla anexa y un conjunto de edificaciones que hacen su visita imprescindible.
7. La Iglesia del Monasterio de San Agustín
En la Plaza de San Agustín y frente al Centro de Recepción de Visitantes se encuentra la Iglesia del Monasterio de San Agustín, restaurada durante algo más de veinte años. Actualmente, es de propiedad privada y sólo podemos ver su fachada, un edificio barroco manierista, típico de la arquitectura toresana.
8. Plaza de Santa Marina, edificio modernista del 1919
Este edificio modernista del siglo XIX, restaurado hace unos años, se encuentra en la céntrica Plaza de Santa Marina, muy cerca de la Plaza Mayor, uno de los rincones más bellos de la ciudad. Los bancos de sus jardines invitan a descansar a la sombra de un árbol y a contemplar la emblemática Torre del reloj. En este lugar, alrededor del 29 de junio, día de San Pedro y San Pablo, se celebra la Feria del ajo, donde los agricultores ponen a la venta este producto en tradicionales puestos. Está rodeada de edificios porticados y, en su centro, una estatua del confesor de la reina Isabel la Católica, Fray Diego de Leza, preside el conjunto. Por cierto, ¿sabías que fue él quien bautizó a la carabela La Pinta en honor a esa medida de vino?
9. Puerta Norte de la Colegiata
La puerta norte de la Colegiata merece un alto en el camino para observar todos sus detalles. Con claras influencias bizantinas, está flanqueada por columnas agrupadas de tres en tres con ábaco común y coronada por cuatro arquivoltas. De ellas, la exterior está decorada por figuras radiales que representan el Juicio Final: en el centro, Cristo en Majestad con la virgen y otro personaje que seguramente corresponde a San Juan Bautista. A los lados aparecen los 24 ancianos del Apocalipsis. Todo un ejercicio de simbolismo escultórico integrado en la arquitectura.
10. Pórtico de la Majestad, interior de la Colegiata
Este elemento arquitectónico era la antigua puerta principal de la Colegiata. Hoy en día está en su interior y destaca por la importancia de su iconografía y por conservar su policromía original. Fue construida en el siglo XIII y representa la vida de Cristo, la Virgen y el Juicio final. Los capiteles de las columnas que lo enmarcan presentan motivos vegetales, mitológicos y episodios de la Infancia de Cristo. De unos años a esta parte ha sido tratada para asegurar su conservación como pieza de museo que se considera.