Catedral de San Salvador
Catedral de San Salvador, conocida como la catedral de Oviedo. Se ha convertido en el punto neurálgico de la ciudad gracias a las peregrinaciones que ya se venían realizando desde el siglo IX. La catedral de Oviedo con más de 1.200 años de antigüedad, alberga diferentes estilos artísticos como el prerrománico (la Cámara Santa), el románico (bóvedas y apostolado de la Cámara Santa), el gótico, el renacentista (remate de la torre) y el barroco (Girola, Capilla del Rey Casto y otras capillas). Una de las características más llamativa de la catedral es que sólo cuenta con una única torre y además en la Cámara Santa se conservan las joyas de la insignia del Principado de Asturias: la Cruz de los Ángeles y la de la Victoria.
Posiblemente sea la catedral más bonita del norte de España, con un acceso peatonal desde la Plaza Alfonso II el Casto. A primera vista destaca su única torre con una altura de 80 metros y formada por cinco cuerpos, llama la atención que una catedral sólo tuviera una torre, parece ser que estaba proyectada una segunda torre gemela, pero por falta de presupuesto, no llegó a construirse.
El mayor tesoro de la catedral es la Cámara Santa, construida en el siglo IX de forma independiente y adosado a la residencia del rey y muy cercana a la Basílica del Salvador, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y además de la Cruz de los Ángeles y la de la Victoria, también cuenta con la Caja de las Ágatas, el Arca Santa y el Santo Sudario entre las innumerables reliquias que allí se encuentran.
En el 2015 la UNESCO aprobó ampliar el Camino de Santiago en España, tanto el Camino francés y los caminos del Norte de España incluyendo en el recorrido como elemento individual la Cámara Santa.
La Catedral de Oviedo juega un papel importante en los peregrinos que realizan el Camino de Santiago, algunos peregrinos inician su peregrinación desde la Catedral de Oviedo hasta Santiago siguiendo las huellas del primer peregrino que fue el rey Alfonso II o finalizarlo aquí como se hacía durante la Edad Media como reza un antiguo refrán medieval: “quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y no al Señor”.