El sur de España está repleto de rincones impresionantes que al menos debes visitar una vez en la vida, y Sevilla es una ciudad que está repleta de principio a fin de encanto, historia y cultura. Sus monumentos, su vida nocturna y el encanto de sus calles la convierten en el destino más que perfecto para una escapada de fin de semana en alguno de los hoteles en el centro de Sevilla. Si eres de los que le gusta aprovechar al máximo sus viajes cortos, quédate leyendo un poquito más que te vamos a un croquis para sacarle todo el partido a tu visita a Sevilla en tan solo dos días.
Primer día dedicado al centro histórico
Como comprenderás, deber ser un poco organizado para poder sacarle partido a este viaje, así que en el primer día sería una buena idea que dedicases la mañana a visitar la catedral y la Giralda. Levántate temprano acude a la catedral, que es una de las más grandes del mundo y además está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Después visita la Giralda y sube hasta lo más alto para disfrutar de una impresionante vista panorámica de la ciudad.
Por la tarde, puedes dirigirte hacia el Real Alcázar, que es un palacio en activo lleno de historia y con una arquitectura impresionante. Sus patios y sus jardines no te dejarán indiferente, desde luego. Eso sí, reserva tus entradas con antelación para evitar posibles colas.
Para terminar el día, date un paseo por el antiguo barrio judío de Santa Cruz. Alucinarás con sus calles estrechas, sus plazas y sus casas encaladas con patios llenos de flores. Aquí puedes encontrar tiendas de artesanía y tabernas donde puedes disfrutar del maravilloso tapeo de la ciudad.
Un segundo día repleto de cultura y relax
Después de un primer día intenso y repleto de planes, llegamos al segundo día que empieza visitando Plaza de España, que es una de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Como habrás visto en alguna fotografía, se trata de un impresionante semicírculo que está bordeado con edificios que mezclan estilos entre renacentistas y mudéjar, con un canal que puedes recorrer en barca. ¡No te vayas de allí sin ver sus azulejos que representan las provincias españolas!
La mañana puede finalizar estupendamente en el parque de María Luisa, donde puedes disfrutar de un paseo súper relajante entre fuentes, estanques y una maravillosa vegetación. Aquí puedes desconectar y disfrutar de un poquito de relax para volver con las pilas bien cargadas.
Y el día puede terminar cruzando el río Guadalquivir para visitar el barrio de Triana, conocidísimo por su identidad y tradición flamenca. Después, acércate hasta la Torre del Oro, que como sabrás es una torre defensiva del siglo XIII que ahora alberga un museo marítimo. Si subes hasta su cima, podrás disfrutar de una preciosa vista del río y de la ciudad.
Por la noche y como guinda del pastel, quédate en Triana y date un homenaje en alguno de sus bares de tapas tradicionales. Después, paseíto nocturno por el centro de Sevilla, que la ciudad iluminada tiene un encanto muy especial.
¿Ves? Con una buena planificación puedes disfrutar de una ciudad tan importante como Sevilla sacándole el jugo a la mayoría de sus rincones. Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno, y es estupendo quedarse con ganas de más para volver a pisar tierras sevillanas en próximos viajes.