A quienes deciden bajar el Sella por primera vez, les espera un desafío lleno de diversión y mucha aventura. El recorrido del descenso en canoa más famoso del país es ideal para novatos en la disciplina, ¡no te preocupes, el río no te hará ninguna faena!

¿Eres de los que no puede presentarse allí sin primero investigar todo lo que se necesita saber? ¡Te explicamos qué te deparará en un día en el Sella!
La llegada: ¡Esto es pan comido!
La aventura comienza cuando la empresa multiaventura que hayas contratado te entrega la canoa, el remo y el chaleco salvavidas. Tras una pequeña charla explicativa, llega el momento de zambullirse en el agua. En este punto, mientras metes todas tus preciadas pertenencias en un bidón estanco para que no se estropeen con el agua, seguro que ya te has convencido de que la actividad será pan comido para ti.
Aunque los primeros metros de remada igual te hacen dudar un poco de tus habilidades y equilibrio, seguro que muy pronto le coges el truco a eso de avanzar de forma recta y a coordinarte con tu compi de embarcación. ¡Estáis listos para el descenso!

¡Vaya, esto es más divertido de lo que pensaba!
Durante los primeros minutos de bajada será cuando te des cuenta del impresionante paisaje que te rodea. En esos primeros momentos de calma, en los que el agua está tranquila, te permitirás alzar la vista hacia las montañas entre las que el río se abre paso. Sin duda, te frotarás los ojos más de una vez para comprobar si te has metido en el decorado de una película de aventuras sin darte cuenta.
La naturaleza te sorprenderá en cada quiebro del río hasta que, casi sin querer, ya dominarás la canoa. ¡Pero no todo será calma! Pronto encontrarás los primeros rápidos del descenso del Sella.
El primero lo cogerás con desconfianza o con entusiasmo, dependiendo del grado de tu carnet de aventurero, pero seguro que el segundo lo estarás esperando con ansias. Y es que en ese punto ya te habrás dado cuenta de que puedes con ellos y que bajar por rápidos es tremendamente divertido. ¡Cada vez querrás bajar más deprisa por ellos! E incluso verás que caerse de la embarcación no solo no es para tanto, sino que hace la experiencia más emocionante.

¡Subibajas de emoción!
En la mitad del tramo del descenso se esperan unos cuantos minutos en los que el río se anima un poco más, con un fluir más rápido y un paisaje diferente. Tu canoa comenzará a bajar más deprisa y experimentarás tu destreza en las maniobras que has ido poniendo en práctica hasta el momento. ¡No te preocupes, será muy sencillo! No existen tramos técnicos, por lo que aunque tu estilo no sea el más depurado, podrás igual con ello.
Tras tantas emociones, seguro que te apetecerá parar un poco. Ya sea relajar el ritmo sobre la canoa -recuerda que puedes tomarte todo el tiempo que quieras en completar el recorrido, siempre dentro del horario de la empresa que te ha alquilado el equipo- o parar en alguna de las playas fluviales que bordean el río para tomar un tentempié o darte un chapuzón con la mayor de las calmas. Además, si no te has llevado comida o bebida, ¡no hay problema! Durante el trayecto te encontrarás con unos cuantos chiringuitos con un ambiente bestial y aprovisionamiento de sobra.
¿Ya se acaba?
Una vez que hayas disfrutado de los rápidos y de una o varias paraditas a la orilla del río, también podrás divertirte en los tramos más relajados del río. En cierto punto, verás como el río Sella se calma, alberga más caudal y forma una especie de espejo del espectacular paisaje que lo rodea. Un espejo que sólo se verá roto por tus remadas. Aquí te das cuenta de lo bien que has manejado el recorrido y empieza a entrarte morriña al pensar que ya queda poco para acabar la aventura.
Aquí ya habrás conocido a un montón de aventureros que, como tú, se han animado a pasar el día bajando el Sella. El ambiente alegre que se vive en el río te lo llevarás para siempre contigo, eso por descontado.

¡Lo he conseguido!
El orgullo te llena una vez que vislumbras la meta del descenso del Sella. ¡Lo has conseguido! Incluso sin haberte acercado a más de 200 metros de una canoa en toda tu vida. La aventura te ha llevado varias horas, las que tú has querido que te llevase, estás un poco cansado, pero sobre todo estás feliz por lo vivido.
La aventura, las vistas, la compañía, el ambiente, el agua… Convertirá la experiencia en un recuerdo que guardarás con mucho cariño. ¡Seguro que no será la primera vez que te animes a bajar el Sella! Y es que la mayoría de personas que lo prueban, vuelven. Pero, sobre todo, una vez con los pies en tierra firme te preguntarás: ¿por qué no lo hice antes?